La Procesión del Via Crucis en la
Iglesia San Mateo

Por Silviano Celestino

En la iglesia de San Mateo se unieron las congregaciones de San Mateo y de San Miguel y todos los ángeles para realizar el viacrusis por los inmigrantes en solidaridad por las situaciones actuales que vive nuestra comunidad hispana a nivel regional como nacional.

En cada estación del camino doloroso de Jesús se reflexionó en el dolor del inmigrantes y sus familias, sentimiento que nos afecta a cada uno de nosotros, a nuestras familias y a nuestras amistades. Deseo compartir con ustedes la décima estación, cuyo texto fue tomado del Viacrusis por la justicia para los inmigrantes*.

Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.

Con la crucifixión la ley Romana, no solo deseaba aplicar un castigo cruel sino también que los castigados pasaran los últimos momentos de su vida humillados y despojados de toda dignidad humana. Todos los crucificados eran despojados de sus vestiduras y clavados un una cruz desnudos.

El inmigrante indocumentado es despojado también de su dignidad humana, siendo obligado a trabajar largas jornadas, recibiendo un salario mínimo, no reciben días libres, ningún seguro medico, ni beneficios de jubilación, les niegan el derecho a una licencia de conducir, e incluso el abuso de sus propios compatriotas con documentos legales.

El evangelio de Jesucristo nos desafía a no utilizar la excusa de que ellos están ilegalmente en el país. Si no a responder con compasión, con Amor, y con justicia. La conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y de México, publicaron un documento pastoral llamado “Extranjeros No Mas” el cual nos dice que a pesar de sus condiciones legales los inmigrantes, al igual que cualquier otra persona en el mundo merece ser tratada con dignidad humana, con respeto. Y que los gobiernos necesitan crear y aplicar leyes más justas que respeten siempre los derechos de todo inmigrante.

Hoy día profesamos públicamente nuestra fe en el reino de Dios. Nos reunimos como un solo pueblo para celebrar recordando el acontecimiento salvífico que Jesús realizó para salvar al mundo. Murió en la cruz para perdonar los pecados de todos los hombres y mujeres. Reflexionamos acerca de la pasión, la muerte, y resurrección de nuestro Salvador. Hoy día nos damos cuenta que nuestra sociedad actual todavía necesita ser redimida de la esclavitud del pecado. Respondamos a este reto a través de identificar donde la pasión y la muerte de Jesucristo están llevándose a cabo en la realidad que vivimos.

Oremos por la paz del mundo entero, para que todos los poderes políticos se den cuenta que la guerra y el terrorismo no es la solución a los conflictos de los gobiernos y de las sociedades, y por reformas justas para todos los inmigrantes.

* Tomado de Sacerdotes por la Justicia de los Inmigrantes de la Arquidiocesis de Chicago, Cuaresma 2007