Ayer por la noche fui a la reunión de oración Fast4Families en el Mall Nacional. Por 21 días, un grupo de gente dedicada y con esperanza han estado ayunando y orando para que el Congreso apruebe una reforma de inmigración justa y compasiva. A veces este tipo de problemas sólo se puede superar con la oración y el ayuno, sólo hay que preguntar a los discípulos de Jesús. Por lo tanto, hoy me siento un poco vacía. Me siento llena de corazón y vacía en el intestino. La Diócesis Episcopal de Washington nos pidió ayunar y orar por la reforma migratoria entre el 1 y 3 de diciembre, se nos pide vivir en solidaridad con los que ayunan en el Mall Nacional por la justicia. Estoy ayunando hoy.

Fui a la reunión de oración porque se me pidió asistir. Fui porque soy amiga de personas de la Misa Alegría de la Iglesia San Esteban y la Encarnación. Por mi iglesia soy amiga de personas que emigraron aquí desde Latinoamerica. También fui porque me motiva el constante trabajo y la pasión del Rev. Mike Angell, quien trabajó en el Dream Act, y ahora está decidido a conseguir que la Cámara de Representantes actúe. Fui porque he visto el trabajo apasionado de nuestra Obispa para impulsar la reforma migratoria. Yo fui simplemente porque sentía que debía ir pero no esperaba mucho más allá de la obediencia a una solicitud.

Que equivocada estaba en esto. En la hora de la oración, canto y el compartir de historias, mi corazón fue tocado por los que hablaban. Escuchamos a los excelentes organizadores, los pastores, los ayunantes, Peter Yarrow, nuestra Obispa Mariann Edgar Budde, y al Obispo emérito de New Hampshire, Gene Robinson. Los episcopales se presentaron con fuerza.

Oí a Peter Yarrow, “Paul and Mary fame”, quienes cantan las oraciones mientras enseñan a una nueva generación a cantar "Blowing in the Wind" y "A Long Walk to Freedom." Nuestros corazones se levantaron en oración musical liderados por un anciano del movimiento que ha estado cantando por protesta y por esperanza ¡por más de 50 años! Y la obispa Mariann nos habló del camino que ha recorrido y el llamado a trabajar por la justicia de la inmigración y cómo continúa ese trabajo hoy como Obispa.

Y nos enteramos de los que han estado ayunando durante 21 días, de los hospitales y de el debilitamiento de los cuerpos por el hambre. A los ayunantes a pesar de las órdenes del médico no los pudieron mantener alejados de la reunión de oración. Los que han ayunado en solidaridad también hablaron antes de regresar a sus casas. Y los nuevos ayunantes hicieron unas simples cruces con ramitas recogidas en el National Mall. Algunos de nosotros fuimos a casa y decidimos ayunar durante un día, tal vez un día a la semana hasta que continúe la protesta.